HISTORIAComienzos humildes
Todas las historias tienen un comienzo. Las Roller coasters tienen una larga y fascinante historia. Los ancestros directos de las coasters actuales fueron enormes toboganes de hielo, muy populares en Rusia en los siglos XVI y XVII. Tenían una construcción muy simple. Básicamente eran un tobogán de madera muy largo y empinado recubierto de nieve. La gente subía por unas escaleras hasta lo más alto donde se subían en unos trineos hechos también de madera, o incluso encima de bloques de hielo y se dejaban caer por la pendiente. Al final del recorrido había una pila de arena contra la que se estrellaban, sin resultar heridos. Muchos de los historiadores que han empleado su tiempo en averiguar cual es el de las coasters están de acuerdo en situar dichos orígenes en los toboganes de hielo en la Rusia del siglo 17. Estos toboganes parece ser que hicieron acto de presencia a lo largo de toda la Rusia zarista como entretenimiento para la clase alta, en especial en la zona conocida como San Petersburgo. y se dejaban caer en unos trineos por las pendientes, que, en algunos casos, sobrepasaban los 50º de inclinación. Estos toboganes gozaron del apoyo de la clase alta rusa, llegando a ser adornados para dar entretenimiento “exclusivo” para dicho estamento social. Se dice que incluso Catalina La Grande era una fan incondicional de estos toboganes, llegando a construir unos ejemplares para su único disfrute. Los toboganes que se construían tenían una altura de entre 20 y 25 metros con varios centenares de metros de longitud, con varios carriles a la vez. Queda claro entonces que este es un posible (y más que probable) origen de lo que hoy en día conocemos como Montañas Rusas (coasters), pero entre los historiadores ha surgido la duda de quien y cuando situar en la línea temporal el paso de los carros que se deslizaban por la nieve a los carros que lo hacen por ruedas. Para no aburriros con datos inservibles, os diré que hay un punto en el que no se ponen de acuerdo los historiadores, y es sobre quien fue y en que momento se añadieron ruedas a los carros, creando la primera roller coaster tal y como la conocemos en nuestros días. Son varias las personas que intentan determinar estos momentos, entre ellos está Robert Cartmell, autor del libro The Incredible Scream Machine: A History of the Roller Coaster, quien otorga a los rusos dicho honor. Establece que en 1784, en los Jardines de Orienbaum en San Petersburgo, fue construido el primer carro con ruedas, el cual se desplazaba por una vía sin surcos, es decir, con el único tope de los laterales de la propia construcción. No están de acuerdo en como evolucionaron estos primitivos toboganes hacia los modernos. La creencia más extendida entre estos profesionales es que unos profesionales franceses de la época importaron los toboganes rusos hasta Francia. Debido al clima más cálido de Francia, se tuvo que cambiar la idea de la nieve por algo más duradero. De ahí que se empezase a construir toboganes encerados, con la consiguiente evolución de los carros utilizados. Asimismo, para ayudar al deslizamiento se le acoplaron ruedas Los franceses continuaron experimentando y expandiendo sus ideas, con nuevos trazados, uniendo varios carros y llevando a cabo toda clase de giros y curvas.
Es conocido el hecho de que alrededor del año 1817 se construyeron en Francia dos coasters llamadas Les Montagnes Russes a Belleville y Promenades Aeriennes las cuales incorporaban carros que iban unidos a las pistas de alguna manera. Según el escritor David Bennett, autor de Roller Coaster: Wooden & Steel Coasters, Twisters and Corkscrews, indica que la roller coaster de Bellville fue la primera coaster en bloquear los carros por medio de unos ejes que discurrían por unas ranuras hechas en la pista, siendo el equivalente de lo que hoy en día encontramos en las woodies y que evitan que el carro se salga del recorrido. Esta coaster tenía dos pistas que discurrían paralelas con una única estación de carga situada en el punto más alto.
La coaster llamada The Aerial Walk presentaba un recorrido con forma de corazón con dos pistas que fluían en sentidos opuestos (algo similar a Stampida o Dueling Dragons) desde una torre central. Hacían todo el recorrido, llegaban juntas al punto más bajo y comenzaban el ascenso por el lift hasta la estación de carga a la vez. La primera coaster con looping se localiza en los Jardines de Frascati en Paris, Francia. Tenía una altura máxima de 13 metros y un único looping de casi 4 metros de ancho. Como anécdota cabe señalar que se probó el recorrido con todo tipo de cosas antes de permitir que una persona se subiese, desde barriles de cerveza hasta sillas, mesas, sacos de harina, etc. El recorrido era muy simple, el pasajero se deslizaba hacia abajo por la pendiente en un pequeño carro hasta llegar al círculo de metal.
En el libro de William Mangels The Outdoor Amusement Industry, cita una publicación de la época, fechada en 1846, la cual dice textualmente: “Hoy ha sido probada en los Jardines de Frascati, la única Chemin de Centrifuge (Camino Centrifugador) que tenemos en Francia, importada desde Inglaterra, donde existe otra aunque construida a menor escala, cuyo looping solamente tiene 2 metros de ancho, en lugar de los 4 de la nuestra” La atracción estuvo en funcionamiento durante 20 años, y sentó precedente en la diversión de la época. Se construyó un Centrifugal Railway en el Circo Napoleón, pero sufrió un importante accidente y fue rápidamente desmantelado. Pasaron Varios años hasta que apareció en escena un hombre llamado La Marcus Thompson, quien creó la primera roller coaster en los Estados Unidos cambiando para siempre la industria del entretenimiento... Los primeros años en América
Los siguientes 30 años estas atracciones continuaron progresando, y a ellas se unieron las primeras wooden coasters, bastante similares a las que conocemos hoy en día. Eran la principal atracción de los parques de todos los Estados Unidos. Algunos ejemplos son Kennywood Park en Pennsylvania y los parques Coney Island en New York. Allá por la década de 1920, creció el número de coasters por todo el país, con más de 2000 atracciones en todo el territorio norteamericano. La producción de coasters casi desapareció con la llegada de la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial. Pero un nuevo renacer se puso de manifiesto en la década de 1970 y mitad de los 1980, revitalizando la industria de los parques temáticos. En este periodo se llevo a cabo la introducción del acero como elemento de construcción de las coasters, dando lugar a las STEEL COASTERS. La maleabilidad de este metal, así como su gran resistencia dieron a los diseñadores de coasters la oportunidad de llevar a cabo la creación de elementos impensables unos años atrás. (Señalar que el elemento conocido como CORCKSCREW tuvo su apogeo en esta época) Entre los décadas de 1990 y 2000, la industria dedicada a los parques temáticos experimentó otro auge. Nuevos sistemas de lanzamiento, (catapultas, sistemas hidráulicos), variaciones importantes en los trenes (basculantes, colgados, sin suelo), han abierto un nuevo mundo a los diseñadores. Últimamente se ha experimentado con trenes en los que vas paralelo a la vía, colgado por la espalda, dando la impresión de ir volando a ras de suelo. Seguro que en los años venideros, con un poco de suerte podremos experimentar sensaciones únicas, como solo este tipo de maquinas pueden ofrecer. La Marcus Thompson.La Marcus Adna Thompson, el padre las coasters en América, fue un hombre creativo que ayudó a disfrutar de estas construcciones a las gentes de todo el país. Siendo un niño creó algunos aparatos, como una batidora de mantequilla para su madre, una carreta de bueyes para su padre y numerosos juguetes y cacharros para él mismo. Llevó a cabo numerosos negocios cuando se hizo más mayor, como la Eagle Knitting Company. Todo este ajetreo de vida provocó en La Marcus un nivel de estrés que le hizo tomarse la vida con más calma, abandonando el mundo comercial como lo había vivido hasta entonces y dedicándose a otros menesteres más divertidos.
Debido a su espíritu inquieto y a lo creativo que era, no estuvo parado mucho tiempo. Creó su propia versión de roller coaster. Con la forma de los originales toboganes rusos, con dos colinas paralelas. Pero modificó el recorrido original introduciendo colinas ondulantes y creando una pista de 182 metros de largo y 16 metros de alto, con una velocidad de los carros de aproximadamente 10 km/h. Es interesante conocer que Thompson no fue el primero en patentar estas modificaciones, ya que anteriormente en 1878 Richard Knudson, había patentado el "Improvement in Inclined Railways" (Mejoras en vías inclinadas) con número de patente #128,674), pero nunca llevó a acabo dichas mejoras. Algunos historiadores sostienes la opinión de que Thompson simplemente tomó muchos de los conceptos utilizados por Knudson y los utilizó en su propio diseño. Nadie se explica por qué Thompson decidió introducirse en el negocio de los parques de atracciones. Parece ser que estaba descontento con los parques de atracciones de su época, y se propuso hacer algo para cambiar el aburrimiento que existía en ellos. Esto no pasa de ser una mera “leyenda urbana”, ya que exactamente se desconocen los motivos. Lo que es innegable es que realmente cambió algo.
Sin importar los motivos, lo cierto es que la creación de Thompson fue un éxito aplastante. La atracción abrió sus puertas en la primavera de 1884, en Coney Island, Brooklyn, New York y dio al inventor cientos de dólares por día. Teniendo en cuenta que Thompson sólo cobraba un níkel (5 centavos) por viaje, el éxito del Switchback Railway es impresionante. La historia de las coasters lo ha bautizado como el “Padre de la Gravedad”. La Marcus Thompson no mantuvo el monopolio de las coasters por mucho tiempo. En la temporada de 1884, Charles Alcoke creó una coaster que era un circuito completo y en la primavera de 1885, Phillip Hinkle desarrolló el concepto de "lift hill." El lift, como lo conocemos en la actualidad, es el inicio habitual de todas las coasters, por el que el tren es jalonado hasta el punto más alto del recorrido por un cable o una cadena. Este mecanismo permitió unas estructuras más altas, así como más libertad para los constructores a la hora de diseñar los recorridos, incorporando el diseño elíptico al trayecto de las coasters. Thompson sintió que la vista durante el recorrido era igual o incluso más importante que el propio trayecto, y por ello diseño Vías Temáticas, incorporando dioramas y zonas oscuras a lo largo del trayecto. Según Robert Cartmell, Thompson patentó más de 30 coasters o elementos de éstas entre los años 1884 y 1887. Durante ésta época Thompson colaboró con James A. Griffiths de Philadelphia, quien fue conocido por adornar las tallas de los coches de las atracciones, así como el diseño estético de algunas de las coasters. Juntos diseñaron el Scenic Railway que abrió sus puertas den 1887 en Atlantic City. Thompson y Griffiths se separaron después del proyecto de Atlantic City y a partir de entonces compitieron ferozmente por hacerse con el mercado en auge de los parques de atracciones. A estos dos hombres debemos en la actualidad la competencia existente en el desarrollo de nuevos proyectos. Roller Coaster.....que es eso?Ha habido mucho debate acerca del origen del término “roller coaster”. Robert Cartmell sostiene la teoría de que proviene de una atracción existente en un pequeño pueblo de Massachussets. Según cita en su libro, "El Sliding-Hill (Colina deslizante) y el Toboggan fueron construidos alrededor de los muros interiores de una pista de patinaje en el tercer piso de un edificio de ladrillos. Los 458 metros del recorrido discurrían desde el techo hasta el suelo cruzando la pista en una figura en espiral con forma de ocho." La atracción fue patentada por Stephen Jackman & Byron Floyd y utilizaba un trineo que circulaba por una vía construida íntegramente por rodillos de madera (wooden rollers) muy juntos unos a otros. Fue construida en Haverhill, Massachusetts. Solamente estuvo en activo durante tres años y tenía poco que ver con el concepto que se tiene de una coaster. Sin embargo, se tomó algo de la tracción de Haverhill: el nombre. El comienzo del siglo XX vio el nacimiento de un nuevo estilo de parques de atracciones, llamado “The trolley park” (Parque de carritos). Estos parques fueron diseñados por, o junto a compañías diseñadoras de carritos. Tranvías y carros eran el principal medio de transporte de masas, pero ganaban poco dinero porque no había sitios donde ir, y la gente no tenía razón alguna para viajar más allá del parque de su ciudad. Así que las compañías crearon un estímulo con los nuevos parques de atracciones, obligando a tomar dichos tranvías a la gente si querían visitarlos y pasar un día de diversión. Whalom Park es un gran ejemplo de parque construido por una compañía para obtener beneficios extras que existe en la actualidad, oculto entre las colinas de Massachusetts.
Una de las coasters de este periodo que aún existen en la actualidad es Leap the Dips (Salta los hoyos) en Lakemont Park, Pennsylvania. Probar esta coaster es como viajar atrás en el tiempo. Los carros restaurados solamente son de dos filas con dos asientos en cada fila y de los más cómodos que se pueden encontrar en la actualidad. Fue construida en 1902 por E. Joy Morris y presentaba una altura de 14,5 metros, una primera caída de 3 metros y una velocidad máxima de 16 Km/h. Fue construida en Lakemont para sustituir a The Gravity Railroad, que se derrumbó por un incendio en 1901. Esta atracción es la más vieja que se encuentra funcionando en nuestros días, gracias en parte a la “espectacularidad” de sus dimensiones y a los escalofríos que provocaba en el público. Mientras miles de viejas coasters eran derribadas por su edad o porque dejaban de ser visitadas debido al poco aliciente que daban a las nuevas generaciones, Lakemont permaneció en pié orgullosa a través del tiempo. Sin embargo, los costes de reparación debido a su edad y al constante mantenimiento hicieron que fuese clausurada en 1985. Esta coaster tuvo la oportunidad de ser completamente reformada, pero la dirección del parque no podía sufragar dichos gastos sin ayuda externa. Gente de todo el mundo donó dinero para que volviese a ser puesta en funcionamiento. Sin embargo, no solamente la estructura debía ser restaurada. En su página web www.leapthedips.org se dice que: De acuerdo con el informe de (supervisor del producto), la restauración de la coaster en su totalidad, así como la estación de carga y los motores, se llevó a cabo sin mayores contratiempos. El principal problema que restaba seguridad a la coaster era el hecho de que fue construida encima de mas de 50 cm. de fango, por lo que se cimentó en algunos puntos para evitar su caída. A este hecho hay que añadir que un manantial natural discurre por debajo de la estructura y los cimientos, lo que hizo imposible su reapertura. No obstante Leap-the-Dips fue considerada lugar histórico, teniendo un lugar preferente en el National Register of Historic Places en 1991 y considerado como lugar de interés nacional cinco años más tarde. Cualquier viajero que pase por la zona de Latona debería visitar Lakemont como agradecimiento por mantener vivo esta reliquia. Asimismo el parque trabajó duro para preservar del paso de los años la atracción John Allen's Skyliner coaster, construida originalmente en Roseland, así como también la Wild Mouse de Allan Herschell, la cual entró en funcionamiento por primera vez en el Pittsburgh's White Swan Park, siendo trasladada más tarde a Lakemont. Lo cierto es que hicieron un gran trabajo manteniendo “vivas” estas coasters para futuras generaciones. |
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