Los Icaros
Da vueltas sentado en una de las 50 sillas suspendidas con cadenas.
Duración: 3 min. 05 seg.
Opinión: Sólo para los que no se marean
fácilmente. Está situado en un lugar estratégico desde el que se divisa todo
el parque, las vistas son excepcionales y además al girar, la brisa te ayudará
a mitigar el calor.
Para encerrar al Minotauro, el Rey Minos ordenó al famoso inventor Dédalo
construir un complicado laberinto. Pero Minos, para que nadie supiera cómo salir
del laberinto, encerró dentro a Dédalo y a su hijo Icaro.
Estuvieron allí encerrados durante mucho tiempo hasta que a Dédalo se le ocurrió
la idea de fabricar unas alas, con plumas de pájaros y cera de abejas, con las
que podrían escapar volando de Creta.
Antes de salir, Dédalo le advirtió a su hijo Icaro que no volara demasiado alto,
porque si se acercaba al Sol la cera se derretiría, y tampoco demasiado bajo
porque se le mojarían las alas y se harían demasiado pesadas para poder volar.
Empezaron el viaje y, al principio, Icaro volaba al lado de su padre, pero
después empezó a volar cada vez más alto y se acercó tanto al Sol que se
derritió la cera que sujetaba las plumas de sus alas, cayó al mar y se ahogó.
Dédalo recogió a su hijo y lo enterró en una pequeña isla que más tarde recibió
el nombre de Icaria.
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