Esta área se inspira directamente en la civilización y gentes que habitan esta misma tierra donde se ubica el Parque. Para algunos visitantes, será un reencuentro con su pasado cercano.
No podía definirse mejor al litoral bañado por el Mediterráneo en tierras ibéricas. La Orilla Cálida, introduce al visitante en la Iberia de todos los tiempos, donde se recrea intensamente las mejores fiestas y las tradiciones de nuestra tierra.
Encontramos muestras de la vida tradicional de un pequeño pueblo cristiano de la Comunidad Valenciana de los siglos XVII y XVIII. Sus viviendas, huertas, barracas y alquerías.
La escena típica de nuestro litoral. En el puerto se pretende reflejar el ambiente de los poblados de marineros y pescadores. La convivencia del Levante cristiano de la península con las comunidades árabes y mozárabes. La relación entre moros y cristianos, se plasma en los propios edificios, sus gentes, sus costumbres y sus manifestaciones culturales.

En España, la plaza pública constituye o constituyó el centro principal de la vida urbana en numerosos pueblos y ciudades. El origen de las plazas públicas ha sido siempre el de fomentar la relación entre las personas, bajo muy diversos motivos. Así desde el ágora griega, pasando por el foro romano, al luga de ajusticiamiento público durante la Edad Media, o al centro de reunión y lugar de información en las sociedades moderna, la plaza pública ha servido de lugar de aglutinación de gentes. Además, la plaza es el lugar donde se celebran las ferias, los mercados y fiestas públicas.

Uno de los elementos característicos en los jardines y en las casas, en las calles o en las plazas, son las fuentes. Aunque básicamente su cometido sea el abastecimiento de agua, no podemos olvidar su función decorativa. En España, sobre todo a partir de la conquista musulmana, existe un gusto considerable por todo lo que se refiere al agua, a su uso funcional y decorativo.

La Barraca es la vivienda rural característica de la huerta levantina. El huertano construye su vivienda al pie de su parcela, pues el tipo de plantíos que cultiva hace necesaria su total atención y cuidado. Empleando, con sentido de la máxima economía, casi únicamente los materiales que brinda la naturaleza: cañas, barro, juncos y cañizos. Es característico su tejado de cañas a dos vertientes muy inclinadas. La barraca de la huerta responde a un tipo muy definido, que apenas ha sufrido variación con el paso del tiempo.

La civilización árabe, originaria del desierto, se había visto obligada a recurrir a una serie de artefactos para aprovechar al máximo sus escasos recursos de acuíferos. Cuando llegaron a la península ibérica, especialmente a la zona levantina, emplearon estos ingenios para intensificar los cultivos. Para aprovechar los recursos naturales para el riego perfeccionaron la noria, invento romano cuyo nombre viene del árabe "naura", que permite de forma automática subir el agua de nivel, facilitando así su mejor distribución por la plantación.