El Misterio de Keops

Más de mil metros cuadrados tiene de superficie ésta pirámide que representa la tumba faraónica de Khemefis con un total de 50 mts. de altura. Alberga al mayor ascensor de Europa, con capacidad de desplazamiento horizontal y vertical de hasta 25 metros y capaz de llevar a más de 80 personas.
El visitante asume el papel de un arqueólogo que osa profanar la pirámide y el descanso del Faraón Khemefis, por lo que te has de enfrentar a su colérico ataque, representado mediante un simulador virtual. Si el miedo no te lo impide podrás disfrutar de las maravillas que ofrecen sus tesoros...

Duración: Pre-show: 10 min. Show: 5 min.

Opinión: Una magnífica ambientación tanto exterior como interior. Durante el acceso a la plataforma de embarque disfrutaras de un buen pre-show en una recreación de una de las 7 maravillas del mundo. Una vez dentro del ascensor sufrirás la ira del faraón por haber despertado su sueño. Aunque creo que esta parte final podría estar mas conseguida, el conjunto de la atracción, tanto en la ambientación, como con el pre-show, no me desagrada.

Atracción inspirada en la pirámide de Kéops de Gizeh, y el pórtico, en el Templo de Seti I. Es la más gigantesca construcción de la Antigüedad, fue clasificada por los griegos entre las Siete Maravillas del Mundo, midiendo originalmente 147 m. de altura y 230 m. de lado.
El faraón Kéops inicia la construcción de su gigantesca tumba pirámide. Escoge la meseta de Gizeh, al abrigo de las crecidas del Nilo, pero lo suficientemente cerca del río para que los bloques de piedra puedan ser transportados en balsas. Se dice que 5.000 personas trabajaron en la obra.
Para el revestimiento final trajeron por barco piedra calcárea blanca y brillante. Las piedras son perfectamente calzadas, sin dejar la más mínima fisura. La pirámide, blanca y lisa, es finalmente recubierta en la cima por láminas de oro que reflejaban los rayos del Sol.

El Templo de Seti I, fue especialmente erigido por el sucesor de Ramsés II en honor a Osiris. La ciudad de Abydos, y el Templo de Osiris, se convirtieron en un centro importantísimo de peregrinación. Los egipcios querían enterrarse allí, pues la cercanía del Templo dedicado a Osiris favorecía la vida eterna al difunto.